La iniciativa que se ha desarrollado en la ciudad ha permitido dar visibilidad a los árboles sufridores del medio urbano, con alcorques escasos y, en ocasiones, con poco riego (no quizás en los ejemplares señalados, algunos como el aligustre presenta un problema anterior: su conflictiva relación con Filomena). La personificación que les da la atribución de un nombre, los acerca y ayuda a percibirlos como seres vivos, no como elementos decorativos sin más.
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